Mi flujo de trabajo en LightRoom

Me preguntan a veces qué pautas sigo para organizar mis fotografías en el archivo digital. Esto es algo muy personal, y lo que yo hago no es necesariamente lo mejor, pero después de varios cambios he adoptado el siguiente flujo de trabajo.

1.- Descarga

Siempre sin excepción descargo las fotos de las cámaras desde Lightroom (LR). Es la mejor forma de que coincidan la biblioteca de tu editor fotográfico con la biblioteca del disco duro. Dado que este programa y otros similares trabajan con copias virtuales o metadatos de los archivos originales, si modificas la ubicación de archivos manualmente desde el explorador o descargas archivos sin que tu editor lo sepa, tu bilioteca LR no será coherente y acabarás perdiendo fotografías.

Este es el momento de hacer una copia de seguridad (mi Time Machine la hace automáticamente) y borrar la tarjeta de memoria de la cámara, para que esté libre para el próximo uso.

2.- Incubadora

Descargo todas las fotografías a una carpeta llamada incubadora. Aquí hago el etiquetado básico; el que puedo hacer por lotes.

En cuanto a las etiquetas, es recomendable usar las menos posibles. Es mejor «familia», «niños» y «amigos» que el nombre de cada familiar, cada niño y cada amigo. Yo sólo uso las etiquetas que puedo recordar que he puesto. Ahora mismo tengo 40, pero lo ideal es tener menos. Además hay que evitar poner etiquetas con información que ya está en los metadatos, como la cámara que has usado o la fecha de la toma, porque esta información es fácilmente accesible desde los filtros.

3.- Eliminar

Las fotos pasan un tiempo en la incubadora para que yo pueda borrar, borrar y borrar. Primero las evidentemente defectuosas (p.ej. no saltó el flash), después las que no son técnicamente perfectas (p.ej. amplías a 1:1 y está trepidada), tercero las que se repiten y por último las que no me acaban de gustar después de verlas varias veces.

Son dos las razones para tanto borrar. La primera, evitar un consumo excesivo de memoria de disco (en todos los equipos informáticos que he tenido hasta ahora, lo primero que se me quedó corto fueron los discos duros). La segunda razón no es menos importante: quiero tener una biblioteca que pueda mostrar a los demás sin aburrirles con fotos mediocres o repetidas. Salvo que prescindamos de la autocrítica, sabemos que de cada sesión es difícil obtener más de dos o tres fotografías sobresalientes; el resto son prescindibles. Aún así, tengo 6.000 fotografías tomadas en 9 años!

4.- A su carpeta

Una vez «adelgazado» el resultado de una sesión fotográfica, muevo las fotos a una carpeta definitiva (siempre desde LR). En este punto es donde hay más diferencia entre unos fotógrafos y otros; unos usan el nombre del evento o el del lugar («boda sandra», «vacaciones Gandía») y otros preferimos la fecha. Aquí también hay opciones; la fecha completa  en cualquier orden (día-mes-año o año-mes-día) o la fecha simplificada. Yo tengo carpetas por años de las que salen cuatro subcarpetas, una por cada trimestre (1T-2T…).

5.- Revelado

Y con la fotografía en su carpeta definitiva es cuando empiezo a revelar. Por esta razón no me molesta demasiado que en LR las vistas «biblioteca» y «revelado» estén separadas.

Pero esto me funciona porque yo realmente no edito mucho las fotos, sino que hago pequeños ajustes; recorte, exposición, ajustes generales de la cámara y del objetivo y poco más. Ni tengo tiempo de editar ni soy ningún experto usando Photoshop. Por eso las herramientas de edición que ofrece LR son todo lo que necesito el 95% de las ocasiones.

6.- Publicación e impresión

Mis fotografías no comerciales tienen al menos tres destinos: que las vean en un TV mi familia y amigos, la publicación en Flickr, Facebook o mi web y la impresión para un álbum o para enmarcar. Siempre me ha parecido que las fotografías que se quedan en un ordenador y nadie ve se ponen tristes y acaban muriendo en algun borrado accidental.

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